miércoles, 9 de marzo de 2016

El Sistema

La música transmite responsabilidad, organización, disciplina o sensibilidad, valores que ayudan en la vida diaria. Desde ese punto de vista sus beneficios educativos e integradores son indudables, cuando las personas ven que a base de trabajo pueden realizar incluso la música más difícil, ganan confianza para luchar por lo que desean en la vida. La música en sí misma es inclusiva, porque engloba aspectos intelectuales, sociales y afectivos, lo que la convierte en una buena herramienta de transformación social. En el caso del trabajo comunitario, como en coros u orquestas, todos los participantes se implican en el trabajo conjunto, todos crean, todos se emocionan.

La música sirve para ayudar a los más desfavorecidos, como ha demostrado el venezolano José Antonio Abreu, creador de una red de orquestas juveniles que han conseguido, a través de la música, integrar a niños y jóvenes de las zonas más pobres de Latinoamérica en una vida digna, sacándolos de las calles y de los peligros de las bandas juveniles. El maestro Abreu con “El Sistema” congrega a niños y jóvenes en riesgo de exclusión social por diversas razones: Entornos deprimidos, dificultades en el aprendizaje o necesidades educativas especiales. También ha creado orquestas sinfónicas penitenciarias que ofrecen una alternativa a la reinserción. Para “El Sistema”, la orquesta “es la única comunidad que tiene por característica esencial y exclusiva que se constituye con el objetivo esencial de concertarse entre si. Por tanto, el que hace práctica orquestal empieza a vivir la práctica de la concertación, es decir la práctica del equipo que se reconoce así mismo como interdependiente, donde cada uno es responsable por los demás y los demás responsables por uno (trascripción de un fragmento del documental “Tocar y Luchar” https://www.youtube.com/watch?v=oIGUXapsI-I)


Hoy día 400.000 niños y jóvenes venezolanos participan en este proyecto pedagógico, artístico y social objeto de numerosos premios (UNESCO, Príncipe de Asturias, Gramy latino, Orden del Mérito de la República Italiana, Erasmus de Ámsterdam, etc.) y que ha alcanzado relevancia en el mundo entero, como se demuestra por los proyectos basados en él que se desarrollan en EEUU, Italia, Corea del Sur o Inglaterra, donde se le denomina “In  Harmony”. También ha llegado a España de la mano de “Acción Social por la Música” http://accionsocialporlamusica.es/ que adaptarán el método, los objetivos y los medios, a las necesidades especificas de los niños y jóvenes de nuestro entorno. Quizás aquí no ayude a nadie a cambiar “su arma por un clarinete”, pero fomentará la armonía, la compasión mutua, la experiencia de comunidad, la solidaridad e interdependencia, el desarrollo de la dignidad humana, el protagonismo individual, el compromiso, la belleza y el contagio de la alegría.

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