miércoles, 27 de abril de 2016

¡Inundación!

Hoy he tenido mi primera experiencia con los Serious game, juegos on-line que, aunque entretienen, tienen una finalidad educativa. Entre los tres juegos con los que tenemos que interactuar, para TIC aplicadas a la Educación Social, ¡Alto a los desastres! ha sido mí primera elección. Es un juego de simulación de desastres naturales promovido por Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres, de las Naciones Unidas. El objetivo del juego es enseñar a construir pueblos y ciudades más resistentes a los desastres, detectar sistemas de alerta o realizar planes de evacuación y educación, con la finalidad de crear un mundo más seguro mediante la comprensión de los peligros y la aplicación de los métodos idóneos de prevención.



Una vez en la interfaz del juego, lo primero que hice fue escoger una catástrofe en la que trabajar y ayudar a las personas a sobrevivir cuando esta ocurriera, en mi caso escogí una inundación en nivel de dificultad bajo. El juego se desarrolla sobre un mapa del terreno, te dan información sobre como está distribuida la población, los riesgos de cada parte del terreno, las distintas construcciones, los pozos, etc. también se dispone de un presupuesto por Comunidad para construir barreras y demoler o construir y un indicador que señala el riesgo inminente de inundación. Los objetivos una vez completados pasan a color verde. Yo construí varios hospitales y escuelas, albergues y casas de ladrillo, también puse barreras variadas donde había población abundante o mejoré algunos de los edificios para que pudieran aguantar mejor los posibles riesgos. Cuando el tiempo se acaba y ocurre la catástrofe, el juego te indica sus consecuencias en forma del coste de los daños causados y de los heridos y muertos que ha producido, en mi caso sobrevivieron 538 de 550 personas.
El juego me ha parecido práctico y didáctico, pero se me ha hecho un poco largo. Aunque al principio vas acelerada, luego resulta que te dan mucho tiempo para intentar poner los medios necesarios para salvar la cuidad y a sus habitantes. Por otro lado, no te dan muchas opciones, sobre todo la de poder cambiar las casas del sitio en que están construidas. Además algunas de las misiones solicitadas no estaban lo suficientemente explicadas como para poder realizarlas.
Cuando lo empiezas te sientes descolocada, no sabía bien qué hacer ni que elementos utilizar y te entra una especie de agobio porque se te va a morir todo el mundo. Conforme vas avanzando e investigando, te vas tranquilizando, entendiéndolo y entreteniéndote algo más. Al final, casi me he alegrado, ¡538 vivos!, pero luego lo he pensado mejor y he dicho sí, pero 12 muertos y eso es mucho. Supongo que para una segunda ocasión, con más práctica, habría menos.
Con respecto al tipo de intervención en la que se usaría el juego, podría ser para concienciar sobre las construcciones de casas de parcelas de labradores o de viviendas en pueblos que están demasiado cerca del río (Como Barbaño, en las Vegas Bajas del Guadiana), ya que cuando hay crecidas suelen inundarse, en esos casos estas personas quedan sin vivienda y eso produce una situación de asistencia social. Distribuiría el juego o daría información de él en Asociaciones de Vecinos, o en las oficinas de Urbanismo donde den las autorizaciones para construir, también se podría divulgar en Asociaciones de Padres y en las Escuelas de los pueblos que pueden verse afectados. 

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